Una mujer de Londres tomó la justicia por su mano cuando se dio cuenta de que un convicto había violado a sus 3 hijos. Sufrió una gran conmoción por lo ocurrido y decidió acabar con la vida del agresor usando un arma blanca. Estos hechos fueron en 2014, pero las víctimas sólo hablaron sobre el caso hace unos días.
Uno de los hijos de la mujer, quien fue abusado cuando tenía solo 11 años, dijo que era «agradable saber que estaba muerto». Él, junto a su hermanos destacan que su mamá hace 8 años se enfrentó a aquel hombre de 77 años.
En 2014, Sarah Sand tomó un cuchillo y se dirigió a la casa de un anciano. Luego de un ataque de ocho puñaladas contra Michael Pleasted, se dijo que su acción fue ‘premeditada y sostenida’.
Durante el juicio se supo que Pleasted había cambiado su nombre de Robin Moult y era un pedófilo convicto.https://t.co/V48NJzbQBX
— BBC News Mundo (@bbcmundo) November 24, 2022
Los jóvenes sintieron una mezcla de sentimientos con la acción que tomó su progenitora. «Creí que estaba mal, no puedo negarlo», dijo uno de los hijos, mientras otros de los jóvenes, quien se identifica como Alfie, expresó que la muerte de su agresor le produjo tranquilidad: «Nos sentimos más seguros».
El hecho de que su madre le hubiera quitado la vida a alguien, era algo que le hacía tener pesadillas más frecuentes. Pero saber de que aquel hombre no estuviera más allí, le daba una sensación de seguridad. «No detuvo las pesadillas, pero nos dio la sensación de que no teníamos que preocuparnos por lo que nos podía pasar cuando caminábamos por la calle», dijo otro de los hijos llamado Bradley.
Cuando el agresor falleció, la sensación de paz se transformó en el dolor y la incertidumbre por saber que su progenitora estaba en la cárcel. «No se detuvo lo que vendría después, a menudo nos despertábamos llorando y preguntándonos dónde estaba nuestra mamá», dijeron.
Sara Sands dijo que cuando se mudó a Silvertown, al este de Londres, se hizo amiga de Pleasted. Reconoció que era una persona muy simpática, por lo que no le importó ayudarle a cocinar y acompañarlo cuando no tenía otras obligaciones.
Sands recuerda que el hombre le pidió que uno de sus niños le ayudara a clasificar los periódicos, algo que hacían algunos otros niños el fin de semana. «Quería a Brad para ayudarle y estaba muy emocionado», dijo. Ahora se da cuenta de que lo estaba tramando con su hijos, el hombre esperó a generar la suficiente confianza para invitarlos a su casa.
Según su testimonio, los menores le dijeron a su madre que habían sido abusados. El anciano fue arrestado, pero a pesar de las acusaciones se mantuvo en libertad hasta que llegara el juicio. Tras un tiempo, se descubrió que había sido condenado en más de 20 casos por delitos sexuales y también que cambió su nombre.
Sands dijo que, cuando se dirigía a la casa de Pleasted, no estaba en sus planes matarlo, sino llegar a un acuerdo para que los niños no tuvieran que exponerse en un juicio. Sin embargo, el hombre aseguró que los niños mentían. Sands fue declarada culpable de homicidio involuntario y la sentencia prevista era de 7 años, pero pasó casi cuatro en prisión.