Atravesando un río llenó de caimanes, por medio de tres palos, así deben ir 10 niños a estudiar todos los días.
Se trata del río Nuevo Presidente ubicado en la zona rural del municipio de Sardinata en el Norte de Santander. Niños entre 5 y 13 años deben arriesgar su vida y enfrentar el caudal, animales peligrosos y hasta deben desafiar el equilibrio para llegar hasta el otro lado.
Pero esto no es algo nuevo, desde hace tres años los estudiantes de la institución San Luis Beltrán, vienen enfrentando estos riesgos.
Este año llegó un nuevo profesor al colegio y se percató de los problemas que habían de transporte e infraestructura, su nombre es Duvian Rolón Gómez. Además de las dificultades para llegar, uno de los puentes que comunica está abandonado y muchas de las tablas están caídas y la soga reventada, según relató el diario El Tiempo.
Por este daño del puente, es que 10 estudiantes no han podido cruzar y deben tomar otras alternativas sumamente riesgosas. El estado del río es lo que define si pueden asistir a las clases, por eso cuando logran llegar el profesor debe aprovechar la jornada.
Les hicieron promesas y aún no les cumplen
El docente vive preocupado, pues cuando llegan sus uniformes están mojados y deben vivir con la angustia de no encontrarse con un caimán en el camino que les impida llegar a las aulas. El profesor ha comenzado una batalla con la Personería para que les garantice la seguridad.
Durante seis meses tuvieron que esperar para poder recibir una respuesta por parte de las autoridades, quienes aseguraron que los ayudarían y mejorarían la infraestructura. Como sucede en la mayoría de las veces, esto no pasó y las promesas se quedaron en el papel.
Los proyectos de mejorar su calidad de vida quedaron en los estudios, pues nunca hubo una intervención y los peligros siguieron latentes, cada vez más riesgosos.
Esta semana, una pequeña luz de esperanza llegó hasta las aulas. Aunque lo principal es poder arreglar el paso, la escuela también está acabada y los años se le notan a lo lejos. Lo que más les preocupa es que se repita el hecho de hace algunos años cuando un caimán llegó hasta allí devoró a un menor cuando su papá se dedicaba a pescar.
Por ende, cada vez aumenta la deserción escolar, pues a los padres les preocupa saber que las vidas de sus hijos peligran cuando van al colegio.