Tal parece que Kate Middleton y Meghan Markle no se la llevan muy bien.
Un reportaje publicado en la versión impresa de la revista Jet Set indica que hasta el príncipe Carlos ha mediado en la tensa relación de las duquesas.
Lo peor de todo es que la situación habría llevado a un distanciamiento entre los hijos de la princesa Diana.
Pues mientras William le brinda apoyo a su esposa Kate, Harry se pone del lado de Meghan.
Dicha publicación afirma que los problemas empezaron pocos días después de que se anunció el compromiso de Harry y Meghan Markle.
Y todo porque la actriz le manifestó al príncipe que no se sentía sufucientemente aceptada en la familia.
Desde entonces, según Jo MacFarlane, cronista del Daily Mail, Harry está molesto con su hermano William.
Para tratar de arreglar esta situación el príncipe Carlos, quien sí estaría encantado con Meghan, logró que los duques de Cambridge invitaran a Harry y a su prometida a pasar Navidad en su casa de campo.
Todo pintaba muy bien, pero el ambiente se dañó momentos después de la llegada de Harry y Meghan.
Al parecer, la prometida de Harry trató mal a un integrante del staff de Kate.
Entonces la duquesa de Cambridge le hizo el reclamo a Meghan y ella le dijo a Harry que su cuñada la había regañado.
Los príncipes se pusieron del lado de sus parejas y esto afectó más relación.
El problema se ahondó más cuando William quiso decirle a Harry que Meghan no le convenía como esposa.
Razón por la cual Kate quiso mediar e invitó a Meghan Markle a tomar el té y de paso introducirla en las reglas del protocolo real.
Sin embargo, las invitaciones no fueron bien tomadas por la hoy duquesa de Sussex.
Kate criticó a la princesa Charlotte
Los meses pasaron, se acercaba el día de la boda de Harry y Meghan y ocurrió algo que profundizó más los problemas.
Meghan critió el vestido que usaría la princesa Charlotte, hija de William y Kate.
Esto hizo que Kate, quien estaba en embarazo, rompiera en llanto.
A todo esto se suma que la popularidad de los duques de Cambridge, William y Kate, se ha visto opacada con la llegada de Meghan.
Debido a la tensa que es la relación entre los duques de Cambridge y los de Sussex, los segundos se mudaron.
Abandonaron el Palacio de Kensington y se fueron para Frogmore Cotage, en el Castillo de Windsor.
Pero ahí no termina todo, al parecer, Meghan Markle se ha vuelto pretenciosa a tal punto de generar estrés entre los empleados de palacio.
La reina Isabel no se dejó
Incluso la reina Isabel ha intervenido en las exigencias de Meghan.
La revista recuerda que para el día de su boda ella quería usar una tiara que no estaba entre sus posibilidades.
Era tanta su incistencia que la monarca dijo que ella no podría tener todo lo que deseaba.
«Usará la corona que yo le asigne», ordenó Isabel II.
Aunque la publicación indica que este rifirrafe entre las duquesas lo va ganando Meghan, también asegura que a la esposa de Harry no le conviene tener en su contra a la futura reina de Inglaterra.