La mayoría de los casos de cáncer de mama son de buen pronóstico, aunque hay algunos subtipos que son más agresivos. Una investigación de la última década provee una guía para enfrentar esta enfermedad, ya que una vacuna experimental ha demostrado generar una respuesta inmunológica sostenida contra una proteína fundamental del tumor.
El estudio se realizó en 76 pacientes, las cuales fueron tratadas con la inyección. Los resultados, publicados en la Revista ‘JAMA Oncology’, revelaron que el 80% de las pacientes seguían con vida 10 años después del tratamiento. Esto significa que se les dio una expectativa de vida de cinco años más de lo que se lograría con tratamientos convencionales.
El tratamiento más común es una cirugía, pero también hay quienes reciben quimioterapia y radiación para evitar que desarrollen cáncer de mama. Según Mary L. Disis, profesora de la Universidad de Washington en Seattle, «lo ideal es que la vacuna sustituya esos tratamientos».
Aunque los resultados son preliminares, la doctora dijo que «son lo suficientemente buenos como para que la vacuna sea evaluada en un ensayo clínico más grande, aleatorio».
Los resultados de la investigación mostraron que la vacuna era muy segura. Los efectos secundarios más comunes que se vieron en la mitad de los pacientes fueron: hinchazón y enrojecimiento en la zona de la inyección, fiebre leve, escalofríos y síntomas similares a la gripe.
Las pacientes que recibieron la terapia completa lograron remisión total, mientras que aquellas que solo tuvieron un tumor en el hueso, que no es peligroso, pero que crece muy lentamente, solo quedaron con un tumor.
Los investigadores siguieron a las mujeres durante un periodo de tres a trece años, el promedio fue de casi 10 años.
Los especialistas dijeron que el seguimiento prolongado era importante porque el receptor ‘HER2’ de la proteína de crecimiento epidérmico humana se encuentra en otras células.
El cáncer de mama con ‘HER2’ positivo es una de las formas más agresivas de cáncer: el gen ‘HER2’ alterado provoca que las células del tumor se expandan más rápido, lo que acelera la progresión del tumor.
Los científicos querían asegurarse de que la vacuna no desencadenaría una respuesta inmunitaria contra otros tejidos sanos portadores del ‘HER2’.
Se establecieron tres grupos para la investigación. Cada mujer que se trató recibió tres inyecciones: un grupo recibió tres inyecciones de dosis bajas (10 mcg), otro una dosis intermedia de 100 mcg y el tercero, tres inyecciones de dosis altas, 500 mcg. También se administró el fármaco inmunoestimulante ‘GM-CSF’, que promueve la respuesta inmunitaria citotóxica.
La seguridad de la vacuna y su capacidad para generar una respuesta inmunitaria a ‘HER2’ fueron evaluadas en la primera fase del ensayo clínico. Se cree que hasta un 30% de los cánceres de mama tienen una cantidad excesiva de ‘HER2’ hasta cien veces más que las células normales. Estos tumores son más agresivos y tienen más probabilidades de regresar tras el tratamiento.
Según los expertos, las personas con cáncer de mama ‘HER2’ positivo que producen anticuerpos citolíticos tienen más posibilidades de que la enfermedad no regrese tras el procedimiento y tienen una supervivencia general más prolongada que el resto.
Los científicos fabricaron una vacuna de ADN para fomentar la respuesta inmunitaria. La fórmula incluía las instrucciones de ADN para una parte de HER2 que normalmente se encuentra dentro de las células.
Los científicos encontraron que la vacuna produjo el tipo de respuesta inmunitaria que buscaban, sin provocar efectos adversos graves.
Los expertos realizaron una nueva fase de prueba tras haber completado la fase uno. Disis dijo que si los resultados son favorables, será una señal muy importante para iniciar la prueba final de fase tres.
La investigadora afirmó que han seguido el destino de las mujeres durante diez años y el 80% de ellas todavía están vivas. «Estoy convencida de que nos acercamos a una vacuna que puede curar el cáncer de mama».