Para nadie es un secreto que el canal RCN está pasando por un momento crítico, pues han tenido que hacer un recorte de personal debido a que el rating del canal no está en su mejor momento.
Esta situación le está pasando factura a Ardila Lülle, uno de los hombres más ricos del país. Y es que según los registros publicados por ‘La silla vacía’ de acuerdo con la última Asamblea de Accionistas, el 2018 fue el peor año del canal desde el 2011.
El viernes pasado se llevó a cabo la Asamblea de Accionista conformada por siete de las empresas de este magnate, quienes sorprendidos porque el balance del año pasado dejó saldo en rojo, decidieron no repartir dividendos.
Numéricamente hablando, el medio de televisión perdió 233.758 millones de pesos comparado con su competencia que ganó 68.415 millones. Esta cifra es alarmante, pues según el portal, equivale a las utilidades juntas en un año de las empresas: Providencia, Incauca y Postobón.
Y es que RCN está generando pérdidas desde hace tres años y su saldo rojo supera los 90 mil millones de pesos desde el 2016.
Las razones de la crisis
Claro está que una de las razones de la crisis es la diferencia de rating con su competencia directa Caracol, no se puede descartar que también está relacionada con la acogida que ha tenido Netflix y con la publicidad en Internet que es más económica que la pauta en televisión.
Por ahora, el canal no se ha pronunciado frente al tema, pero si ha dado conocer algunas alternativas para tratar de salvarse del hundimiento. Sin embargo, los directivos tienen claro que su declive va más allá del negocio.
Para poder salvar la empresa se ha tratado de hacer canjes de deudas por acciones, prestamos de otras empresas del mismo dueño, mayor inversión a NTN24. Para contrarrestar la crisis también han optado por hacer recortes de personal y otros cambios internos.
En el 2016 se encendieron las alarmas en el canal, pues las pérdidas de dinero iban aumentando con el paso de los años. ¿La razón?, la pauta publicitaria. Además de eso también lo asocian con la reforma fiscal, la elecciones de Estados Unidos, el proceso de paz, las tasas de interés en los bancos y el precio del dólar.
Ante el desespero y la incertidumbre decidieron contratar a José Roberto Arango Pava, un empresario paisa que había rescatado a empresas como Rápido Ochoa, Coltejer y Millonarios del declive y se hacía llamar ‘El mago’.
El diagnóstico del experto estaba orientado a que RCN fue víctima de su propio éxito, pues se dejaron seducir por el dinero y comenzaron a despilfarrar y acumular pérdidas.
Según Omar Rincón, consultor y analista, de cada periodista de Caracol, RCN tiene 10.
‘El mago’ comenzó a jugar sus cartas para reconstruir un canal que estaba a punto del suicidio. Durante su gestión 120 personas aproximadamente fueron despedidas, en su gran mayoría de NTN24.
Pero esto no duró mucho porque en octubre del año pasado renunció. Sin embargo, no quiso dar muchas explicaciones sobre su salida, lo que sí se sabe es que poco pudo hacer por el noticiero.
La llegada de Paulo Laserna
Paula Laserna, quien fue el presidente de Caracol Televisión durante 10 años, llegó a RCN como un consultor, aunque mucho se dijo que era el nuevo presidente. Una de las ideas que propuso fue fusionar las salas de redacción de ambos noticieros, pero no lo aceptaron. Finalmente, hace algunos días se anunció su salida del canal.
Según una fuente consultada por ‘La silla vacía’, el noticiero sabe que debe hacer una reforma pero sigue igual. Lo más criticado es la inclinación uribista, pero en vez de cambiar esa imagen, la han reforzado con Claudia Gurissatti, quien dirige el noticiero.
Claro está, que lo más importante de un canal es el noticiero, sin embargo, es eso lo que no quieren cambiar. Aunque decidieron volver a trasmitir ‘Betty la fea’, esto no ha sido suficiente para subir el rating como necesitan y esto les está costando mucho dinero.
Según varios consultores, la única solución que ha estado implementando el canal y que en general es la única posible es que los accionistas sigan invirtiendo capital para mantenerse a flote. Pero, ¿qué tan viable es?
La situación a largo plazo no va a ser sostenible y el apoyo del canal en los intereses personales de los accionistas no será suficiente para ellos, pues necesitan ganancias.