Por estos días de Semana Santa, el paradisiaco Pozo Azul, en la región del Catatumbo, solía ser uno de los lugares más visitados en familia. Hasta allí llegaban personas, parejas y familias de los más remotos pueblos de Norte de Santander, a pasar una tarde de sol. Pero esta semana no fue así.
El pasado martes la guerrilla del ELN llevó a cabo un atentado en contra del oleoducto Caño Limón Coveñas y el crudo derramado se esparció como una mancha negra en la aldea El Seis, afectando inevitablemente Pozo Azul.
De inmediato las horribles imágenes de este ecocidio fueron compartidas por habitantes de la región y en las redes sociales se hicieron virales. El hermoso pozo de un color verde claro en un mediodía caluroso, rodeado de una vegetación siempre exuberante, ahora era un caño de aguas negras de las cuales emanaba un penetrante olor a crudo.
Avanzan las labores de limpieza en Pozo Azul (Tibú) para retirar el crudo derramado por atentado a Oleoducto Caño Limón – Coveñas. #Ecopetrol trabaja para mitigar este daño ambiental y rechaza enfáticamente todos los actos que atentan contra el medio ambiente y las comunidades. pic.twitter.com/fDg2HvsjKy
— Ecopetrol (@ECOPETROL_SA) April 19, 2019
El repudio público no se hizo esperar y su eco llegó hasta las autoridades mineras del país y finalmente a oídos del presidente Iván Duque, quien condenó el hecho a través de su cuenta de Twitter. Allí señaló que los “crímenes a la biodiversidad atentan contra recursos estratégicos” de un país.
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Lo cierto es que este solo era una pequeña imagen del terrible daño que el derrame de crudo había ocasionado en la región, ya que cientos de campesinos ahora temen tomar agua del lugar no solo para el riego de sus cultivos, sino también para su ganado.
Ecopetrol intentó limpiarlo
Ecopetrol, en su afán de controlar el derrame, envió a la zona 120 hombres expertos en el tema. Finalmente, el pasado jueves llegaron a Pozo Azul y realizaron maniobras de limpieza con ayuda de líneas de barrera para contener el crudo y evitar que siguiera vertiéndose a lo largo de la quebrada.
Técnicos de #Ecopetrol avanzan en la limpieza de Pozo Azul, cuya mancha fue controlada gracias a la instalación de dos barreras de contención. Las labores posteriores incluirán el lavado de piedra por piedra de este sitio considerado vital en la biodiversidad de la zona. pic.twitter.com/THuYxWSI5E
— Ecopetrol (@ECOPETROL_SA) April 19, 2019
Lo cierto es que se dio a conocer que se logró detener la caída del crudo en el riachuelo y el pozo, pero es evidente el mal estado en el que quedaron las rocas circundantes, los helechos y muchas otras plantas. Sin contar lo cientos de criaturas que murieron por efecto del contaminante. Se calcula que deberá pasar más de un año antes de que alguien se pueda bañar allí con tranquilidad, así como utilizar sus aguas para riegos.
Este ataque al oleoducto por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN), fue condenada por cientos de personas, entre ellas cerca de 30 mil del municipio de Tibú, quienes se quedaron varios días sin agua debido a la contaminación, según lo manifestó el alcalde de esta localidad Alberto Escalante.
El año anterior, la infraestructura de petróleos nacional sufrió 107 atentados, de estos, según estadísticas de Ecopetrol, 89 fueron dirigidos al Oleoducto Caño Limón-Coveñas.
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